La lejía ha empezado a usarse con mayor frecuencia desde la llegada del Coronavirus, pero un uso inadecuado puede ser peligroso para la salud. A continuación te dejo algunos consejos para que la uses sin poner tu salud y la de tu familia en riesgo.
13 errores que cometemos al usar la lejía en casa
Hemos recopilado los errores más comunes en los que caemos al utilizar este producto tóxico que debes manejar con cuidado y tener siempre lejos del alcance de niños y mascotas:
- Mezclarla con agua caliente: Lo más adecuado al desinfectar con lejía es diluirla en agua, pero esta debe de estar fría. Creemos que si la mezclamos con agua caliente será más efectiva pero conseguimos que se evapore el cloro y ya no desinfecte.
- Usar demasiada cantidad de producto: Otro error muy común es usar más producto del que necesitamos. Para desinfectar correctamente mezcla de 1 parte de lejía al 5% por 99 partes de agua.
- Mezclarla con otros productos de limpieza: JAMÁS la debemos mezclar con otro producto de limpieza. Es especialmente tóxico mezclar lejía con amoniaco; pero también lo es mezclarla con alcohol o vinagre.
- Usarla antes de limpiar: La lejía no limpia, solo desinfecta, por ello debemos primero pasar agua y jabón por una superficie que quieras limpiar. El orden correcto es limpiar y después desinfectar con lejía diluida.
- No diluirla: Con relación a lo anterior, debes diluir con agua la lejía antes de utilizarla. La cantidad correcta sería 1 parte de lejía al 5% por 99 partes de agua. Diluida es igual de efectiva pero menos agresiva con las superficies, además, gastas menos cantidad.
- No ventilar mientras la manejamos: Cuando uses lejía debes abrir la ventana para evitar inhalar los gases durante mucho tiempo. No dejes un chorro de lejía en el WC, después de echarlo pasa la escobilla y dale a la cisterna para que se lleve la lejía.
- Guardar la lejía con agua de un día para otro: Esto hace perder su efecto porque se evaporará el cloro y cogerá mal olor. Si usas un pulverizador de agua con lejía para desinfectar cámbiala a diario porque será más afectiva.
- No usar guantes: Ponte guantes para que tu piel no salga resentida y no le quede un olor desagradable.
- Limpiar con ella la orina de los perros: No se debe limpiarse el pis de los perros con lejía porque hace que los perros vuelvan a orinar en ese sitio porque les gusta el olor. Es mejor usar vinagre.
- No utilizar la lejía adecuada: En el mercado hay varios tipos de lejía. Hay lejía especial para desinfectar frutas y verduras, otra para lavar la ropa blanca y la lejía densa con detergente incorporado para evitar salpicaduras.
- Utilizarla en materiales no adecuados: La madera o el terrazo son delicados y se deterioran con la lejía, por lo que utiliza otros productos para desinfectarlos. Tampoco debes usarla para limpiar yeso o escayola. Ante la duda, si no estamos seguros de que el material resista la lejía pasaremos agua y jabón.
- Olerla directamente de la botella: Lo más conveniente es el uso de mascarilla. Cuando se trata de lejía, amoniaco u otros productos tóxicos es mejor que evites oler directamente porque son perjudiciales para la salud.
- Obviar que estropea la ropa: a veces nos ponemos a limpiar y se nos olvida que la lejía estropea la ropa. Así que cuando uses lejía ponte ropa a la que no tengas mucho apego porque puede que se llene de manchas por salpicaduras