Cómo limpiar el lavavajillas por dentro
1. Limpieza del filtro
Para dejar reluciente este electrodoméstico, lo primero que debes limpiar es el filtro del aparato. Es una cesta pequeña y alargada que se encuentra en la parte baja, justo debajo de las aspas.
- Si al desenroscar el filtro notas un olor fétido, es necesario que lo dejes a remojo durante 30 minutos en un cubo con 2 tazas de agua caliente, 2 tazas de vinagre blanco y un chorrito de jabón.
Tras el tiempo de remojo, es necesario que retires toda la suciedad con la ayuda de un cepillo de dientes viejo que ya no utilices. Si el filtro está muy sucio o nunca se ha limpiado, puedes dejarlo a remojo en agua caliente de 15 a 20 minutos. Después, vierte jabón y una pizca de bicarbonato de sodio. Ten cuidado de no romper ninguno de los elementos que estas manipulando.
Cuando termines de limpiar el filtro, introdúcelo de nuevo en el lavavajillas. El siguiente paso será crear una solución casera que limpie de manera eficaz todo el electrodoméstico por dentro.
2. Vinagre y bicarbonato, la solución ecológica
Las propiedades de ambos productos harán maravillas en la limpieza del lavavajillas. El bicarbonato de sodio eliminará la suciedad y el vinagre acabará con el mal olor, además de recuperar su brillo original.
- Proceso: Coloca el filtro en el lavavajillas y extrae todos los platos y vasos que haya. Después, vierte 3 tazas de vinagre blanco (específico de limpieza) dentro del lavavajillas. En el cajetín del detergente, introduce de 2-3 cucharadas de bicarbonato de sodio. Luego, programa un ciclo de lavado normal, a ser preferible a 65º centígrados.
Cuando el ciclo de lavado se haya acabado, revisa que las bandejas y aspas estén bien limpios.
3. La puerta también se limpia
Con un paño humedecido en jabón y agua, repasa la junta de la puerta y las gomas. Las gomas de este electrodoméstico también acumulan grasa, suciedad e incluso moho. Si observas que hay moho, prepara una disolución de un chorrito de lejía con agua fría y con un paño o esponja limpia las gomas.
- Consejo: No utilices lejía para limpiar el interior de este electrodoméstico si es de acero inoxidable.
Para limpiar la parte externa del aparato, opta por agua y jabón o un quita grasa de tu elección. Si notas que tiene mucha grasa, puedes ayudarte de un limpiador casero a base de limón, agua caliente y vinagre. No solo limpiarás la puerta, ¡también la desinfectarás!
4. Saca las aspas y límpialas
Las aspas y brazos que dispersan el agua también acumulan grasa y suciedad. Y sí, se pueden limpiar. Pero, ¡cuidado! Solo debes limpiar estos elementos una vez cada 6 meses. Además, según el modelo se pueden abrir o no. Para dejarlos impecables, sigue estos pasos:
- Retirarlas y ábrelas. Límpialas con agua y jabón bajo el grifo. Si ves que la grasa está muy adherida, recurre a un buen quitagrasa. El mejor es el amoniaco líquido o líquido amoniacal.
- Si las aspas no pueden abrirse, colócalas a remojo en el fregadero con agua caliente y jabón.
Con limpia máquinas comercial
Si no quieres optar por las soluciones caseras, puedes recurrir a un limpiamáquinas especial. Los hay de distintos tipos, marcas y precios. Uno de los que mejor valoración tiene por parte de los usuarios es el de Finish, un limpiamáquinas especial para quitar la suciedad, grasa y la cal.
Te aconsejamos que sigas estrictamente las indicaciones del fabricante.
Consejos para evitar los malos olores
Una vez que tengas limpio el lavavajillas, es necesario adquirir una serie de hábitos (consejos) para evitar que huela mal o se estropee.
- Realiza esta limpieza una vez al mes si utilizas el lavaplatos a menudo.
- Después de cada lavado, abre la puerta para que salga toda la humedad y para que no se genere moho o malos olores en tu electrodoméstico.
- Quita todos los restos de comida de los platos antes de introducirlos en el lavavajillas.
- Limpia el filtro del lavaplatos una vez cada dos semanas. Una vez al mes si su uso no es recurrente.
- Coloca pieles de limón y otros cítricos en la bandeja de los cubiertos para ambientar este electrodoméstico. Cambia las pieles cada tres o cuatro lavados.